Sorprendente Bombardear al Estado Islámico es como beber vodka para curar la resaca

Un reciente reportaje de la cadena Al Jazeera realizado en los territorios donde combaten la milicia kurda y los destacamentos del Estado Islámico demuestra cómo los bombardeos de la coalición echan más leña al fuego de la guerra.

Irak está fracturado, ‘gracias’ a décadas de la política estadounidense, afirma el reportaje, mostrando aldeas donde hace poco convivieron árabes y kurdos, ahora sin poder aguantarse unos a otros.

Durante el rodaje del reportaje de Al Jazeera, sus autores afirman no poder encontrar ni una sola persona kurda que desee que a sus aldeas vuelvan residentes árabes.

Todas las familias árabes huyeron de la aldea antes de que las milicias kurdas la retomaran después de la ofensiva del Estado Islámico de agosto pasado. Muchos de los residentes kurdos que habían regresado a las aldeas dicen que sus vecinos árabes habían ayudado a EI en su avance.

La raíz de la ira kurda

Los crímenes del Estado Islámico no excusan los crímenes de los EE.UU. o sus aliados actuales, los kurdos. En pocas palabras: Las personas están siendo expulsadas de sus hogares en función de su origen étnico y se les prohíbe volver.

Los kurdos justifican su enemistad con los árabes citando décadas de abuso por parte de los gobiernos centrales iraquíes.

En 2003, cuando el Ejército de Estados Unidos derrocó a Husein y el Ejército iraquí se desintegró, los kurdos se apoderaron de más tierras y recursos, y brevemente se hicieron con la ciudad de Kirkuk, el centro de la industria petrolera en el norte de Irak. Pero a diferencia que en el 2003, es muy poco probable que esta ciudad vuelva a estar bajo el control del Gobierno central iraquí.

El Estado Islámico es un síntoma

Una rápida investigación de cómo una agrupación terrorista llegó a convertirse en el Estado Islámico demuestra que no fue por los problemas de Irak, sino un síntoma.

El Estado Islámico surgió de Al Qaeda en Irak, se forma en respuesta a la invasión de Estados Unidos en 2003, hoy el grupo  es el objetivo del bombardeo ordenado por el presidente Barack Obama.

“Bombardear al EI es como beber vodka para curar la resaca”, afirma el autor del reportaje. El Estado Islámico existe en gran parte debido a las bombas estadounidenses. El número desproporcionado de suníes que han entrado a las cárceles de Estados Unidos en los últimos diez años garantiza que siempre habrá un motivo de apoyo al EI.

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